Lo que paso pero no fue...
- Nicotina
- 14 sept 2019
- 3 Min. de lectura
Esos amores que nunca son más que ilusiones, que nunca concluyen en nada. Que te dejan con las ganas de todo y a la vez hastiada hasta el coño.

Crecemos viendo el amor como un sentimiento que es capaz de cambiarlo todo, omnipresente y omnipotente. Todo se puede si lo haces con amor, todo mejora sí lo haces con amor. Por estas creencias de mierda es que terminas metida con una persona que sabes que no te hace bien, pero aún así sigues ahí porque “el amor lo puede todo”
“El amor no es una motivación o un lema de batalla para lanzarse al vacío emocional y hacer cosas que realmente sabes que son tóxicas para ti.”
Hace unos años, estuve en una relación/no relación, en la que estaba súper enamorada (eso creía yo), de una persona que desde el comienzo fue muy clara: solo era sexo y nada más. Pero con lo terca y orgullosa que soy, me metí en la cabeza que podía hacer que esa persona cambiara de opinión solo con demostrarle que realmente me importaba, que lo quería. Claro que no.
Este tipo de personas que te dejan muy en claro desde un comienzo cuales son sus intensiones, valen oro. Lo aprendí a los golpes, pero lo aprendí. Es mejor tener las cosas claras y saber si ambos quieren lo mismo o no, a estar en ese limbo sentimental, en el que no sabes muy bien que esta sucediendo y que esperar de la otra persona.
Somos tercas, nos ilusionamos rápido e idealizamos las cosas más de lo necesario, en plural porque sé que no soy la única. Aprender a separar las cosas y no esperar más de lo que la otra persona está dispuesta a dar, son dos cosas que te ahorrarán lágrimas en la vida.
Creía que por “amor” podía cambiar a esa persona, cambiar la forma en la que pensaba y cómo me veía. Me estrellé, las cosas no funcionan así. El cuento con este tipo me ayudó a entender que el amor no sirve como excusa para manipular, para hacer que el otro dude de sus decisiones y haga lo que deseas. El amor no es una motivación o un lema de batalla para lanzarse al vacío emocional y hacer cosas que realmente sabes que son tóxicas para ti.
El final de esa relación/no relación fue bastante triste, había llegado a ese punto sin retorno en el que me había ilusionado bastante con que esta persona cambiara de opinión y me viera con otros ojos. Nunca paso. Esa persona nunca cedió, menos yo. Siempre existió esa ansiedad de estar esperando algo más, por mucho tiempo estuvo ese sin sabor de lo que no fue y quería que fuera.
El cuento con este tipo lo resumo de esta manera: El quería una única cosa de mí, yo quería mucho más. Yo no iba a darle lo que él quería y no iba a recibir lo que tanto esperaba. No iba a perder más el tiempo ahí y lo deje ir.
Consejos para ahorrarte lágrimas:
- No creas que la excusa “pero lo quiero” o “yo lo amo” va a hacer que todo cambie mágicamente y esa persona piense diferente
- Agradece que una persona sea clara contigo desde el comienzo. Nada mejor que saber que esperar
- No te ilusiones tan rápido y no esperes tanto de otra persona (más cuando ya te dijo claramente que es lo que puede darte y lo que no)
- Valórate y piensa en lo que tú quieres. Tampoco tienes que ceder para complacer, lo que tu quieres también importa.
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